martes, 15 de noviembre de 2022

El futuro del español y el portugués en la ciencia: un tema de política científica

Pensar estrategias para impulsar una mayor presencia del español y el portugués en la producción de textos científicos, en un contexto de multilingüismo, es una tarea compleja que puede ser abordada desde distintas perspectivas. Una de ellas es la de la política científica. ¿Por qué? Porque la política científica es el proceso de toma de decisiones a través del cual se asignan los recursos que permiten conducir la investigación científica e impulsar la transferencia de sus resultados a la sociedad. Se trata de un proceso que incluye diversas etapas, tales como la investigación y desarrollo (I+D) que conduce a la producción de conocimiento científico y tecnológico, la comunicación, la transferencia y el impacto sobre la sociedad. En cada una de ellas el idioma juega una función específica. En cada una de ellas se juega el plurilingüismo. En todas ellas se requiere una política pública regulatoria y promotora.

Desde esta perspectiva abordaré tres temas en torno a los cuales trataré de recomendar algunas acciones que puedan formar parte de las políticas de ciencia y tecnología para estimular la producción y circulación de textos científicos en portugués y español (dejo de lado la innovación porque tiene actores y dinámicas diferentes).

Los temas a los que me voy a referir son:

1. Desarrollo relativo de la ciencia en Iberoamérica

2. Cultura académica

3. Publicaciones científicas y bases de datos bibliográficas

 

1.    Desarrollo de la ciencia en Iberoamérica

Hoy no cabe duda de que el desarrollo mundial, tanto en sus aspectos económicos como sociales, tiene uno de sus vectores centrales en la producción de conocimiento científico y tecnológico. En este escenario de creciente centralidad de la ciencia y la tecnología se observa que es muy bajo el porcentaje de artículos científicos en español y portugués registrados en las bases de datos internacionales. En SCOPUS, por ejemplo, la presencia de publicaciones latinoamericanas (en cualquier idioma) representaba en 2019 tan solo el 5% del total de la base, en tanto las iberoamericanas ascendían a 8,6%. Sin embargo, el porcentaje de artículos científicos en español y en portugués es claramente inferior, como se verá en el siguiente apartado.

La realidad muestra que a nivel mundial la dimensión de la ciencia en los países de América Latina, España y Portugal es pequeña. Pero no se trata solo de un problema lingüístico, ya que la inversión en I+D de este conjunto de países es también baja. Lo más llamativo es que no solamente resulta ser más baja que la de los países desarrollados, sino que tiene una tendencia decreciente, en términos comparativos.

En 2010 la inversión de América Latina en I+D fue equivalente al 3.6% del total mundial, pero en 2019 había descendido al 2,6% de dicho total. El mismo fenómeno de disminución se registraba en Iberoamérica (es decir, sumando España y Portugal). En 2010 la inversión en I+D de Iberoamérica fue equivalente al 5,2% del total mundial, pero en 2019 había descendido al 3,9% de la inversión en I+D de todo el mundo (RICYT, 2021).

Un indicador muy conocido que da cuenta de la importancia que alcanza en cada país la inversión en ciencia y tecnología es el que la compara como porcentaje del PBI. Este indicador nos puede dar algunas pistas acerca de lo que ocurre con el español y el portugués como lenguas de la ciencia. En 2019, a nivel mundial, la inversión en I+D de un grupo de países superaba el 4% de su PBI (Israel 4,95% y Corea 4,81%). Otro grupo de países superaba el 3%. Entre ellos, Alemania con el 3,09%. Un tercer grupo superaba el 2% del PBI (Estados Unidos, 2,83%, Francia 2,20% y la media de la Unión Europea en 2019 era de 2,12%). En contraste, tan solo tres países iberoamericanos superaban el 1% (Portugal 1,4%, España 1,25% y Brasil 1,16%). El resto mostraba valores más bajos. En conjunto, la inversión latinoamericana fue equivalente en 2019 al 0,56% del PIB. Si se añaden España y Portugal, la inversión iberoamericana con relación al PIB alcanzaba el 0.70% (RICYT, 2021).

Otro indicador refleja el capital humano de cada país para la I+D. En este caso, se trata del número de investigadores latinoamericanos con relación al total mundial, que era del 3,5% en 2010 y del 4% en 2019 (RICYT, 2021). Frente a estos datos, es evidente que la visibilidad de las lenguas portuguesa y española en textos científicos tiene un valor muy similar a la participación latinoamericana en la inversión en I+D y en el número de investigadores a nivel global.

En resumen, los indicadores disponibles son elocuentes en el sentido de que la presencia relativamente baja de textos científicos en español y portugués en bases de datos internacionales no es exclusivamente un problema lingüístico, sino el reflejo de la magnitud del esfuerzo y las capacidades en I+D de los países iberoamericanos; esto es, un resultado de su política científica y tecnológica. En conclusión, para expandir en el futuro la presencia del español y portugués como lenguas científicas es necesario expandir la ciencia. Esto es, fortalecer los sistemas locales de I+D y transferencia de conocimientos, mediante políticas adecuadas. Por lo tanto, formular esta conclusión como propuesta de políticas públicas equivale a afirmar que es necesario fortalecer las capacidades en ciencia y tecnología de los países iberoamericanos, aumentando la inversión en I+D y fortaleciendo los vínculos entre los actores de los procesos de producción y uso de conocimiento para estimular la innovación.


2.    Cultura académica

El segundo aspecto es el de la cultura académica. Este aspecto remite a la conducta de los investigadores; a sus decisiones y sus valores. ¿Cómo es posible acercarse a estos fenómenos? Un rasgo característico de las nuevas tendencias en la práctica científica es la participación de los investigadores en redes internacionales de conocimiento. En tal sentido, cabe explorar las estrategias de comunicación de los investigadores iberoamericanos a través de su participación en redes. El indicador que da cuenta de la coautoría de trabajos científicos permite inferir tendencias en el comportamiento de los investigadores con relación a sus colegas. ¿Son propensos a participar en redes de conocimiento? ¿En qué medida participan en redes con otros investigadores iberoamericanos?

Veamos en primer lugar lo que ocurre con los investigadores españoles. Algo más de la mitad de los artículos científicos de autores de esa nacionalidad registrados en SCOPUS (2020) son en colaboración internacional (52%).(1) Concretamente, en 2020 se registraron 121.331 publicaciones de autores españoles en SCOPUS. De ellas, 63.092 fueron en colaboración internacional y 13.364 en colaboración con autores latinoamericanos. Puesto en otros términos, una quinta parte del total de publicaciones en coautoría fue con investigadores latinoamericanos (21%). Eso equivale a que tan solo el 11% del total de las publicaciones científicas españolas indexadas en SCOPUS fue realizada en colaboración con investigadores de América Latina.

A la inversa, el porcentaje de colaboración con España sobre la totalidad de las publicaciones de cada país varía entre el 4% de Brasil y el 28% de Paraguay. Los números muestran que la colaboración internacional de los investigadores brasileños es relativamente baja, lo que sugiere que comunican principalmente para un público del propio Brasil. En el otro extremo, los investigadores chilenos, tienen un alto porcentaje de artículos en coautoría internacional lo que permite inferir que se esfuerzan por alcanzar un público de alcance mundial. En ambos casos, los instrumentos de política científica estimulan uno u otro comportamiento.

Estos valores no son azarosos. Reflejan las opciones de los investigadores respecto a los públicos a los que desean comunicar los resultados de sus investigaciones. Si desean comunicar a nivel internacional pueden elegir revistas internacionales. Si desean comunicarse con públicos locales o regionales, disponen de un gran número de revistas registradas en LATINDEX, Scielo, Redalyc, Biblat, Dialnet y Redib, entre otras.

La propia base de datos SCOPUS proporciona la evidencia más contundente de la escasa propensión de los investigadores iberoamericanos a publicar en su propia lengua. En efecto, como puede verse en la tabla que sigue, el total de publicaciones de autores iberoamericanos aumentó un 86% entre 2010 y 2021. En cambio, los textos en español y portugués lo hicieron tan solo en un 18%. La consecuencia es obvia: el porcentaje de artículos de iberoamericanos en lenguas iberoamericanas descendió sostenidamente desde un 22% al 14%.

Es posible inferir, a partir de esos datos, que los investigadores iberoamericanos prefieren publicar cada vez más en leguas diferentes a las propias; probablemente en inglés. Esto, a modo también de inferencia, puede deberse a que participan en redes con autores de países angloparlantes o de mayor desarrollo relativo. Por lo tanto, la propuesta a formular en este punto sería la de implementar políticas que promuevan la participación de los investigadores iberoamericanos en redes que den impulso a la circulación regional del conocimiento.

Publicaciones de autores iberoamericanos en español y portugués

 

2010

2012

2014

2016

2018

2020

2021

Total Iberoamericano

174.736

203.122

222.794

237.986

263.430

304.211

325.443

En español o portugués

39.170

42.064

42.295

41.135

43.051

45.096

46.262

% del total

22%

21%

19%

17%

16%

15%

14%


Fuente: OCTS sobre datos de SCOPUS


3. Las revistas científicas iberoamericanas y los sistemas de indexación

Para abordar este tema es posible comenzar a partir del siguiente interrogante: ¿son las revistas científicas una respuesta a la necesidad de comunicación (al modo de los Philosophical Transactions de los orígenes de la Royal Society), una consecuencia de la burocratización de la ciencia o son tan solo un lucrativo negocio? 

La respuesta es compleja, ya que pueden ser las tres cosas a la vez.

  • En primer lugar, son efectivamente el modo de comunicación de los avances del conocimiento en la “república de la ciencia”.
  • En segundo lugar, son un instrumento para la evaluación y la asignación de recursos. El Manual Frascati, instrumento para medir los recursos asignados a la I+D y sus resultados, enuncia dos productos medibles: las publicaciones y las patentes. Por lo tanto, los organismos que financian investigación promueven las publicaciones con una mirada burocrática.
  • En muchos casos se trata también de un negocio lucrativo que, además de otras consideraciones éticas o políticas, pone de relieve que su utilidad es la que les asigna valor.

Las publicaciones son un medio de comunicación indispensable para la comunidad científica. En general se trata de revistas, aunque en el caso de las ciencias sociales y las humanidades tienen gran importancia los libros.

El universo de las publicaciones científicas en español y portugués es numeroso y poco normalizado. El Directorio LATINDEX registra más de 30.000 revistas, el catálogo más de 6.000 y el Catálogo 2.0 tiene 2.804 revistas. Hay además en América Latina un gran número de publicaciones científicas que ni siquiera están suficientemente registradas, por tratarse de publicaciones de departamentos o institutos de universidades, poco profesionalizadas y de irregular frecuencia.

Un panorama tan disímil reclama el desarrollo de un sistema iberoamericano de publicaciones científicas que incluya los repositorios y dispositivos de búsqueda y recuperación de la información. Resulta evidente que es necesaria una política pública de apoyo a las publicaciones científicas de los países de América Latina. En vez de ello, en la mayoría de los países las revistas nacionales son devaluadas por los sistemas de acreditación porque se considera que un investigador que publica en revistas de su propio país tiene una circulación limitada o endogámica. En México el Sistema de Clasificación de Revistas Mexicanas de Investigación de 2016 propuso clasificar las revistas en estratos. En los cuatro superiores se incluyen las revistas indexadas por SCOPUS y Web of Science (WoS). En el área de ciencias sociales y humanas también se aplican indicadores bibliométricos de impacto (FOLEC-CLACSO 2021).

En Brasil los comités de evaluación del CNPq usan el factor de impacto como indicador para establecer la calidad e incluir una revista en un estrato. Algunos combinan FI e Índice H. Las únicas áreas que no utilizan indicadores de impacto son antropología y arqueología; educación; arquitectura y urbanismo; artes y música

Colombia lanzó un nuevo modelo para medir la producción de conocimiento en Colombia en términos de citación en la base de datos WoS. En Chile existe una fuerte presión para publicar en revistas con máximo factor de impacto. En Argentina la situación es más ambivalente, pero el CONICET asigna a las revistas de su Núcleo Básico un valor menor que las que están indexadas en las bases de corriente principal (FOLEC-CLACSO 2021).

La propensión latinoamericana a premiar la publicación en revistas de alto impacto, en inglés, no es exclusiva. China impulsó en tal medida mediante una política de estímulo que logró convertir al país en el mayor productor de artículos científicos. Los esfuerzos de la política científica china para estimular la investigación y a movilidad académica dieron sus frutos. Tanto en términos de producción como de citación, el país aumentó la cantidad de sus publicaciones y su participación en las bases mainstream de producción internacional. Esto impulsó no solo la ciencia básica sino también el desarrollo tecnológico y el aumento de patentes. Por eso, hago mía la propuesta contenida en el manifiesto de la Asociación Latinoamericana de Editores Científicos (ALAEC):

Valorar y estimular el trabajo de los editores científicos y equipos editoriales, promoviendo su capacitación y desarrollo, reconociendo su rol fundamental en la adopción y difusión de buenas prácticas en publicación científica. Reconocer la legitimidad de la profesionalización del editor y del equipo editorial” (ALAEC 2021).

Para ello, la política científica debe asegurar que las revistas y editoriales nacionales no pierdan los estímulos financieros y el flujo de recepción de manuscritos, permitiendo que alcancen y mantengan altos estándares de calidad e integridad en sus procesos editoriales, principalmente para las publicaciones que practican la ciencia abierta y el plurilingüismo. El plurilingüismo implica diálogo y convivencia de las lenguas. La pluralidad de lenguas implica la pluralidad de públicos.


Referencias

ALAEC (2021) Manifiesto de la Asociación Latinoamericana de Editores Científicos (ALAEC)

FOLEC-CLACSO (2021) Evaluando la evaluación de la producción científica. Documento 3 de la serie “Para una transformación de la evaluación de la ciencia en América Latina y el Caribe”.

Observatorio CTS (2022) Análisis bibliométrico de la producción científica Iberoamericana. Informes analíticos.

RICYT (2021) El Estado de la Ciencia 2021. Principales Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericanos e Interamericanos. 



(1) Otros países latinoamericanos tienen valores similares a los de España. México el 46%, Argentina el 50% y Colombia el 51%. El caso diferente es Chile, con 65% de artículos en coautoría.

 


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