Lograr que los conocimientos se apliquen, que lleguen hasta los destinatarios y efectivamente den impulso al desarrollo económico y social del país es un problema central de la política científica y tecnológica, particularmente difícil en los países en desarrollo, debido a las limitaciones de recursos y a las características de sus sistemas productivos. Para lograrlo, es necesario explorar los caminos que debe transitar el conocimiento desde los centros de investigación hasta su aplicación en las empresas, en la salud, en el cuidado del ambiente y en otras necesidades sociales, identificando los actores que intervienen en un proceso cuyos protagonistas no son solamente los investigadores. Es necesario además diseñar instrumentos eficaces para estimular la demanda, ordenar la oferta y la transferencia de conocimientos. En otros términos, cómo producir innovaciones.