Mario Albornoz
jueves, 14 de marzo de 2024
lunes, 13 de noviembre de 2023
Sabato 4.0 El triangulo de Sabato medio siglo después
Los pioneros del desarrollo tecnológico en América Latina tuvieron ideas muy claras acerca del papel del conocimiento en los procesos económicos. Muchos fueron tributarios del pensamiento de la CEPAL y otros se alimentaron de la visión que la OEA alguna vez impulsó acerca de la ciencia y la tecnología como elementos críticos para el futuro de la región. De todo aquel conglomerado de ideas y experiencias la síntesis más acabada y también más difundida la formuló Jorge Sabato (en colaboración con Natalio Botana) con su triángulo cuyos vértices correspondían al estado, la infraestructura científico tecnológica y la estructura productiva. En sus palabras:
“Enfocada como un proceso político consciente, la acción de insertar la ciencia y la tecnología en la trama misma del desarrollo significa saber dónde y cómo innovar. La experiencia histórica demuestra que este proceso político constituye el resultado de la acción múltiple y coordinada de tres elementos fundamentales en el desarrollo de las sociedades contemporáneas; el gobierno, la estructura productiva y la infraestructura científico–tecnológica. Podemos imaginar que entre estos tres elementos se establece un sistema de relaciones que se representaría por la figura geométrica de un triángulo, en donde cada uno de ellos ocuparían sus vértices respectivos” (Sabato y Botana, 1968).
jueves, 5 de octubre de 2023
Coda: Centralizar o descentralizar ¿Con Ministerio de Ciencia se produce mejor ciencia?
domingo, 3 de septiembre de 2023
Cambiar para cambiar. Parte 4. Cambiar es rediseñar
El problema de la política científica y tecnológica en Argentina se ha instalado en el debate público de la peor manera posible. No solamente por el tono desmesurado con el que se plantea el debate, sino porque además se incurre en un importante error al simplificar el problema, como si se tratara solamente del CONICET. Más allá de su importancia, el CONICET representa una cuarta parte de los investigadores con los que cuenta el país. La mayor parte de ellos, como ya hemos visto, se encuentra en las universidades nacionales. Por lo tanto, el sistema institucional de la ciencia y la tecnología (o el sistema de innovación, según otra mirada) se compone de muchas otras instituciones públicas y privadas; las universidades entre ellas, además de organismos como el INTA, el INTI, la CNEA, la CONAE y también las empresas y otros actores del ámbito privado.
viernes, 18 de agosto de 2023
Cambiar para cambiar. Parte 3. Pero cambiar no es destruir…
Consciente de que no es fácil encontrar un camino intermedio, seguiré con la argumentación que venía desarrollando en las entradas anteriores, aunque la aceleración de los sucesos de estos días pueda hacer que suene extemporáneo, pero las discusiones in extremis no deben anular la posibilidad de pensar y decir lo que se piensa. El CONICET debe cambiar. La política científica debe cambiar, pero nada debe ser destruido. El país necesita fortalecer, no debilitar o aniquilar su capacidad científica y tecnológica, ya que le es necesaria para desarrollarse.
viernes, 21 de julio de 2023
Cambiar para cambiar. Parte 2. ¡Ah, pero las ciencias sociales…!
En la primera parte de esta mirada sobre la producción científica de los investigadores argentinos veíamos que publican en menor medida que los de otros países latinoamericanos en revistas relevadas en bases de datos internacionales como SCOPUS. Cabe entonces preguntarnos por qué ocurre esto. Una primera respuesta (no azarosa, sino de circulación real en ciertos grupos) es que en realidad publican menos porque prefieren publicar en revistas locales o regionales. ¿Será cierto o se trata de una postura ideológica basada en el supuesto de que es necesario resistir a una ciencia hegemónica e impulsar una ciencia más estrechamente vinculada con necesidades latinoamericanas? Otras respuestas de circulación corriente, vinculadas con el supuesto anterior, se orientan a adjudicar el problema al peso (excesivo o escaso, según la mirada) de las ciencias sociales. Por otro lado, hay quienes creen que el problema se deriva de que los grupos de investigación en Argentina tienen menos cooperación internacional y que esto se refleja en las publicaciones de mayor acceso global. Otra hipótesis es que lo que ocurre es el reflejo de decisiones políticas y de la disposición de los incentivos. Vamos a repasar algunas de estas hipótesis o meras suposiciones.
viernes, 23 de junio de 2023
Cambiar para cambiar Parte 1: La producción científica argentina decae
“Si queremos que todo siga como está -decía el joven
Tancredi en Il Gattopardo de Lampedusa- necesitamos que todo cambie”. En
resumen, cambiar para que nada cambie. En este texto reflexionaré sobre el
gatopardismo y sus consecuencias negativas para el desarrollo del país, aunque
me limitaré a focalizar mi análisis sobre la política científica y tecnológica.
Es necesario que haya cambios reales: cambiar para cambiar y no lo contrario. El
modelo no va más, y es curioso que muchos investigadores, como lo señalé en una
entrada anterior, no se hayan percatado de ello.